viernes, octubre 07, 2005

RELATO DE LO ACONTECIDO EN LA PRIMERA EXPEDICIÓN CUCARACHERA A CATALUNYA (5-VII-05)


Viernes 5 de Agosto.15,45 horas. Local Cucaradechusbanero. Van llegando alikates: Agos, Zate, Somachi, Pepín, Nacho Juárez ( reaparecido, con mas ganas que nunca) y Sonero. Ahh, y Nanu Estercuel, rozmanayer por un día. Rumbo a La Fatarella, en la Terra Alta, Catalunya. El calor pega bastante dentro de la furgoneta, así que paramos en una gasolinera a echar unos calippos y unos refrigerios, como viene siendo costumbre. Tras perdernos en Fraga, y llegar a la puerta de la Florida, encontramos la dirección correcta, y al final, y ya con cara de kilómetro, llegamos a La Fatarella, en donde tocábamos los segundos, tras la Kinky Beat y antes de los Culs Cults.

Como aun no era nuestro turno de prueba, decidimos hacer turismo rural en el bar, biera en mano (Mahou, eso si, de Ámbar ni hablamos). Tras cervecearnos, llegó nuestro turno. El concierto era en una pista polideportiva al aire libre, con un escenario bastante grande, y presidido por una barra inmensa, por lo que se preveía que hubiera gente, y farra, como efectivamente sucedió. Tras probar sonido sin ningún detalle reseñable, -salvo que a Somachi le preguntaron si portaba su micro, a lo que él respondió que Toooot!! , y la llegada de Bítor y Prol en coche– nos fuimos en busca del sitio que teníamos reservado para cenar.

Tras salvar unos 3000 metros de desnivel cuesta arriba, llegamos por fin al restaurante, con la lengua fuera y fuerte deshidratación, lo cual vino muy bien para hacer hambre (aun mas) y devorar sin compasión todo lo que se nos puso por delante. Gloriosa la pregunta de Pepín a la camarera sobre si la ensaladilla rusa llevaba “mucho verde”, ante su negativa a comer espárragos con jamón. Tras las risas y la respuesta de la camarera, se decidió por un par de huevos fritos con patatas.

Así que tras cenar, cafetear y orujear, y llegar a la conclusión, tras una larga discusión con Nacho Juárez, de que Cela era un natazo que escribía coñazos infumables, volvimos al lugar del concierto, descendiendo lo previamente ascendido. Como aun quedaba un buen rato para el concierto, hubo alguno que aprovechó para dormir, otros para tocar alikatadas con la guitarra y las dulzainas en el camerino, y otros para visitar la ya mencionada enorme barra, en donde nos invitaron amablemente a tot lo que queríamos, rompiendo el mito de que los catalanes son agarrados.

Y en estas estábamos, a todo esto ya a rebosar de gente el recinto, cuando aparecieron los incansables y geniales Oriol y Cachalote, que no se pierden una, ya podían aprender los comando hooligans. Risas, abrazos, y alodieteo con el Cachalote. Y empezó la Kinky, y la cosa se animó mogollón, porque la verdad es que esa peña meten una caña brutal. Y llegó nuestro turno.

Destacar que cuando empezamos el recinto estaba a rebosar de peña, fácil que hubiera 2000-2500 personas. Con lo cual no es difícil imaginar la fiesta que se montó. Pieza tras pieza, la gente no dejó de pegar botes en todo el rato, y parecía que en vez de estar en Catalunya estábamos en las fiestas del Pilar en Zaragoza.

Y eso, tras acabar, recogimos todos los zarrios (que son muchos), vendimos algún que otro CD y camisetas, y, a pesar de que teníamos por delante un largo viaje, decidimos echar un traguillo rápido, que había mucho ambiente, y así veíamos empezar a los Culs Cults. Pero la realidad es que lo único que vimos fue cómo se les cayó el puente de luces sobre el escenario, por lo que cuando nos fuimos estaban arreglando todo para reanudar el concierto, y luego nos enteramos de que todo salió bien.

Así que carretera y manta, y llegábamos al local sobre las 7,30 de la mañana, descargar, y p´al sobre tol mundo. Palizón, pero gran satisfacción ante la primera incursión cucarachera en tierras vecinas, porque el recibimiento y el ambientazo que hubo fueron memorables, y ya estamos con ganas de volver otra vez por aquellas tierras.

Próxima estación: Toledo...ya contaremos...