LAS SUPREMAS, CITRIPIO, EL GEISER FULERO, URIOL HAZTE UN PETE...Y TODO LO QUE OCURRIÓ EN EL MORELL
Viernes 11 de Noviembre. A las 15 h. llegamos todos al local, con cara de echar en falta una siestecica, que no son horas. Pero como el concierto es lejos, en El Morell, Tarragona, pues no hay mas remedio que ser madrugadores. Cargamos la furgo de zarrios, y, pa hacer tiempo mientras llega Agostín, decidimos personalizar un poco la furgo, pa pasar el rato. El cristal trasero lo forramos con un póster de las Supremas de Móstoles (ver crónica del concierto en Toledo), y la web que va impresa en la puerta la aragonesizamos, www.alquilereshispania.có, asegurándonos así de que la mayoría de los que nos adelantaran por la autopista nos mirarían con curiosidad y asombro, como así fue.
Al fin llegó Agostín, y arrancó la furgo, con una alineación distinta de la habitual: Nanu (Toñico estaba con Maradona), Pepín, Kike, Agos, Cipitrio Trombonari, Prol, Soneriza, y Eva y Estel, grandes alikatas que ejercieron de botigueteras en ésta ocasión. Bítor y Zate acudían mas tarde por su cuenta, y Papito Juárez tenía compromisos familiares.
El primer detalle reseñable, y aún no habíamos salido de Zaragoza, fue que llevábamos un navegador de esos con GPS que hablan, así que las risas fueron considerables, todos callaos como gilipollas pa oír las ordenes que nos iba dando el cacharro ese. Brutal.
Ya por la autopista, hicimos la parada de rigor para comprar bien de comer y beber, que así se hace más ameno el viaje. Y ahí tuvo lugar una de las alikatadas mas reseñables del bolo. No se nos ocurrió nada mejor que intentar llevar a cabo un experimento que salió en Buenafuente la noche anterior, que consistía en hacer un geiser con una botella de coca-zorra y un tubo de mentos. Fracaso sonoro, pero risas sin talento.
Y, por fin, llegamos a El Morell. El concierto era en el centro sociocultural, una sala bastante guapa. A esas horas no estaban mas que los técnicos, pues éramos los primeros en probar. Así que a ello nos pusimos, a pesar del gran empeño que puso Soma por boicotear la prueba. Surrealistas momentos con Gun a los teclados, con los calcetines arremangaos por encima del pantalón, o cantando rancheras a la guitarra, mientras probaba Pepín, y el técnico muy educadamente repetía por cuarta vez “Sólo un instrumento, por favor”.
Tras acabar la prueba, bajamos al camerino, a echar unas cervecillas y a (ali)cantar con el curdión del Citrispio y la guitarra de Jon Prol Jovi. Luego fuimos a dejar las cosas en el hostal donde dormiríamos después y volvimos al salón de los sofás a seguir cantando y echando cervezas. En éstas estábamos cuando aparecieron Bitor y Zate, que se habían perdido por el camino. Justo a tiempo para cenar, en una sala allí mismo. Cena, cubateo, y el primer grupo, Dijous Paella, ya estaban tocando. Y nosotros íbamos después. Así que casi sin darnos cuenta ya estaba sonando la mítica sintonía de Curro Jiménez, y empezaba el bolo.
Impresionante la actitud de la gente, pegando botes todo el rato, y dándonos mucho calor con gritos y palmas. Genial. Cabe destacar la triunfada de la Jota de El Morell, adaptación para la ocasión de la de Mallén. Y sin nada especial que reseñar, terminamos nuestra actuación y dejamos paso a los Skaparrapid, con quienes coincidimos en eso de “ ey ey ey que trabaje el rey”. Con todo ya recogido en su sitio, y con Somachi y Francis de camino a Zaragoza (que dura es la vida de los currelas), el resto de la banda nos entregamos al denostado y a la vez noble arte de la bodega, poniendo algunos más empeño que otros, pero no vamos a dar nombres. Muchas risas con Oriol (hazte un pete) y con Cachalote, su baile, y los imitadores del mismo que fueron surgiendo, entre los que servidor se incluye, aunque ninguno como Bitor...
Y tras casi cerrar nosotros el recinto del concierto, nos fuimos en busca de algún sitio donde continuar la borina, cuando a esas horas ya algunos miembros y miembras de la expedición cucaracha ya iban en un estado que podríamos definir como “bastante bolingas”. Fuimos al único garito que había abierto, pero la verdad es que no molaba mucho. Y como no había ningún sitio donde almorzar como mandan los cánones, pues no nos quedó mas remedio que irnos al hostal. Tras bastantes y gloriosas risas en relación al reparto de habitaciones, y con la dura imagen de ver a Agostín y Prol en la cama tapados hasta las cejas, al final se hizo el silencio.
Y a pesar de que sonó el despertador, Zate y servidor nos quedamos dormidos y llegamos tarde a desayunar el mítico desayuno catalán una-madalena-plastificada-y-café. Y por fin todos a la furgo rumbo a casa. Y al cuarto de hora de salir hubo que volver porque el parras del Bitor se había dejado el móvil...entre las sábanas. ¿Que pasó en la habitación de Bitor por la noche? Eso, nunca lo sabremos.
Parada en Fraga pa comer y pa Zaragoza de un tirón. Descargamos en el local, desenchufamos el GPS, despegamos el cartel de las supremas, y hasta la siguiente, que será ya en el 2006...
Salú y gracias por leer semejante chapa hasta el final
Croniquero Sonero
Al fin llegó Agostín, y arrancó la furgo, con una alineación distinta de la habitual: Nanu (Toñico estaba con Maradona), Pepín, Kike, Agos, Cipitrio Trombonari, Prol, Soneriza, y Eva y Estel, grandes alikatas que ejercieron de botigueteras en ésta ocasión. Bítor y Zate acudían mas tarde por su cuenta, y Papito Juárez tenía compromisos familiares.
El primer detalle reseñable, y aún no habíamos salido de Zaragoza, fue que llevábamos un navegador de esos con GPS que hablan, así que las risas fueron considerables, todos callaos como gilipollas pa oír las ordenes que nos iba dando el cacharro ese. Brutal.
Ya por la autopista, hicimos la parada de rigor para comprar bien de comer y beber, que así se hace más ameno el viaje. Y ahí tuvo lugar una de las alikatadas mas reseñables del bolo. No se nos ocurrió nada mejor que intentar llevar a cabo un experimento que salió en Buenafuente la noche anterior, que consistía en hacer un geiser con una botella de coca-zorra y un tubo de mentos. Fracaso sonoro, pero risas sin talento.
Y, por fin, llegamos a El Morell. El concierto era en el centro sociocultural, una sala bastante guapa. A esas horas no estaban mas que los técnicos, pues éramos los primeros en probar. Así que a ello nos pusimos, a pesar del gran empeño que puso Soma por boicotear la prueba. Surrealistas momentos con Gun a los teclados, con los calcetines arremangaos por encima del pantalón, o cantando rancheras a la guitarra, mientras probaba Pepín, y el técnico muy educadamente repetía por cuarta vez “Sólo un instrumento, por favor”.
Tras acabar la prueba, bajamos al camerino, a echar unas cervecillas y a (ali)cantar con el curdión del Citrispio y la guitarra de Jon Prol Jovi. Luego fuimos a dejar las cosas en el hostal donde dormiríamos después y volvimos al salón de los sofás a seguir cantando y echando cervezas. En éstas estábamos cuando aparecieron Bitor y Zate, que se habían perdido por el camino. Justo a tiempo para cenar, en una sala allí mismo. Cena, cubateo, y el primer grupo, Dijous Paella, ya estaban tocando. Y nosotros íbamos después. Así que casi sin darnos cuenta ya estaba sonando la mítica sintonía de Curro Jiménez, y empezaba el bolo.
Impresionante la actitud de la gente, pegando botes todo el rato, y dándonos mucho calor con gritos y palmas. Genial. Cabe destacar la triunfada de la Jota de El Morell, adaptación para la ocasión de la de Mallén. Y sin nada especial que reseñar, terminamos nuestra actuación y dejamos paso a los Skaparrapid, con quienes coincidimos en eso de “ ey ey ey que trabaje el rey”. Con todo ya recogido en su sitio, y con Somachi y Francis de camino a Zaragoza (que dura es la vida de los currelas), el resto de la banda nos entregamos al denostado y a la vez noble arte de la bodega, poniendo algunos más empeño que otros, pero no vamos a dar nombres. Muchas risas con Oriol (hazte un pete) y con Cachalote, su baile, y los imitadores del mismo que fueron surgiendo, entre los que servidor se incluye, aunque ninguno como Bitor...
Y tras casi cerrar nosotros el recinto del concierto, nos fuimos en busca de algún sitio donde continuar la borina, cuando a esas horas ya algunos miembros y miembras de la expedición cucaracha ya iban en un estado que podríamos definir como “bastante bolingas”. Fuimos al único garito que había abierto, pero la verdad es que no molaba mucho. Y como no había ningún sitio donde almorzar como mandan los cánones, pues no nos quedó mas remedio que irnos al hostal. Tras bastantes y gloriosas risas en relación al reparto de habitaciones, y con la dura imagen de ver a Agostín y Prol en la cama tapados hasta las cejas, al final se hizo el silencio.
Y a pesar de que sonó el despertador, Zate y servidor nos quedamos dormidos y llegamos tarde a desayunar el mítico desayuno catalán una-madalena-plastificada-y-café. Y por fin todos a la furgo rumbo a casa. Y al cuarto de hora de salir hubo que volver porque el parras del Bitor se había dejado el móvil...entre las sábanas. ¿Que pasó en la habitación de Bitor por la noche? Eso, nunca lo sabremos.
Parada en Fraga pa comer y pa Zaragoza de un tirón. Descargamos en el local, desenchufamos el GPS, despegamos el cartel de las supremas, y hasta la siguiente, que será ya en el 2006...
Salú y gracias por leer semejante chapa hasta el final
Croniquero Sonero
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